La muerte anduvo por Trujillo Alto.

No quiero ser cruel, pero me parece que el foro que se le dio ayer a Miranda Marín en la Fundación Muñoz Marín fue a manera de un «canto de cisne», inspirado en la piedad. De otra manera, no se entiende que le hayan hecho esa encomienda quienes sostienen una tesis totalmente contraria a lo expresado por él. Ésos no tardaron en distanciarse de los reclamos soberanistas y la insinuación de que, if push comes to shove, como diría Odette, debe fundarse otro partido.

Miranda Marín reconoce a un muerto cuando lo ve, y el PPD y el ideario muñocista son cadáveres insepultos.

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