Borracho sí vale.

No queda claro cómo es posible la huida del borracho esposado del cuartel de la Policía, a menos que los guardias estuvieran más ebrios que él y "esposados" o enredados en alguna otra actividad. De lo contrario, ese hombre es un fenómeno, pues con .19 de alcohol en la sangre y con las esposas puestas ha salido como un bólido y se ha escondido tan bien que no ha sido posible encontrarlo.

Aquí alguien no ha seguido el protocolo para las detenciones. Quizá, como estamos en Navidad, los guardias bajaron la guardia y se confiaron en que el borrachito no presentaría problemas. Pero, como le dijo un alcohólico a su mujer, cuando ésta le dijo que ella creía que él no iba a beber más: "Nunca creas."

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