Una tormenta tropical permanente

Parece una broma de mal gusto. En el Puerto Rico posMaría se nos aseguró durante dos años que el servicio eléctrico iba a ser mejor y más resistente a los fenómenos de la naturaleza. Por eso, suspendían el servicio a cada rato para hacer toda clase de trabajos a esos efectos. Pero, ahora resulta que, no bien pasamos el susto de Dorian, el país vuelve a experimentar «eventos» que dejan a miles de abonados sin energía eléctrica.

Puerto Rico no solo está a oscuras por eso, sino porque no se nos explica la naturaleza de esos misteriosos «eventos». Una vez más se manipula el lenguaje usando un eufemismo neutral con el cual se pretende esconder el descuido, la incompetencia o la negligencia con la que se trabaja. Poco ha faltado para decir que se trata de un designio divino, sobre el cual no tenemos control y, por supuesto, responsabilidad.

En fin, nos salvamos de Dorian, pero no de José Ortiz.

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