Una mala imagen

Las malas ideas del gobierno anterior continúan en éste. Ese afán de dar un énfasis desmedido al juego como atracción turística es una de ellas. Ahora la Compañía de Turismo propone colocar 3,119 tragamonedas adicionales en casinos, puertos y aeropuertos. Imagínese el lector lo que eso dice de nuestro país; la impresión de un visitante, que, no bien pisa nuestro suelo, se topa con máquinas de juegos de azar. Un mínimo de sensibilidad patriótica y social rechazaría una propuesta de esta naturaleza.

No se puede prostituir al país de esta manera. El juego, si se ofrece, tiene que ser algo incidental dentro del cuadro total de atractivos turísticos. En ausencia de creatividad, se recurre a estrategias que nos denigran como sociedad, las cuales debemos rechazar de manera contundente. Ahora que se trabaja en crear la «Marca País», para resaltar lo que producimos, resulta contraproducente adoptar una estrategia asociada al vicio y otros males sociales.

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