Camino al cementerio

La vida nos habla, pero muchas veces nos hacemos los sordos, y pagamos las consecuencias. La taquicardia que el comediante Raymond Arrieta ha sufrido en su recorrido de 120 millas para recoger fondos para las víctimas del cáncer es un aviso que él no debe pasar por alto. A sus 48 años, él ha hecho varias de estas caminatas, y a cada una le ha añadido millaje. El calor y la humedad son muy fuertes, y ya su cuerpo le avisa que no debe continuar. Aunque su propósito es muy loable, ha escogido una forma peligrosa de recaudar fondos.

Sería una pena que uno de estos días haya que acompañarlo en una caminata corta pero definitiva.

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