¡Qué cacho de jurado!

No debe sorprender que hayan recusado de servir como jurado a la madre de Ana Cacho. El consenso en el país es que la señora no tiene credibilidad alguna ni el ánimo desapasionado para juzgar una causa judicial. Más que eso, su comportamiento -- que rezuma encubrimiento y protección a ultranza de su hija, por el asesinato del hijo de ésta --  la coloca fuera de toda consideración para integrar un jurado. Sorprende que siquiera haya llegado a ser seleccionada como parte de los candidatos a jurados.

Si ella fuera enfermera, al decir de mi padre, «de ella no me dejaría ni coger el pulso»...

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