El profesor sí y sus estudiantes no

No creo que haya margen para considerar otra cosa que la renuncia o despido del profesor universitario acusado de dos cargos de plagio. Aun aceptando que tiene derecho a un debido procedimiento de ley, éste debe ser expedito, pues cada día que pase el profesor en su cátedra resulta insostenible. El Presidente de la Universidad de Puerto Rico demuestra estar un tanto enejenado de esta realidad. Lo que le hace daño a la institución no es que un profesor haya cometido plagio, sino que se tome mucho tiempo en sacarlo del salón de clases. El proceso investigativo y disciplinario debe llevarse a cabo prontamente. En uno de los casos, ya el profesor ha admitido su culpa y ha pedido excusas. En el otro no debe haber gran dificultad en dilucidar si, en efecto, ocurrió el copiete. Mientras tanto, ese hombre está impugnado totalmente ante la comunidad académica y el resto del país. Su salida no debe retrasarse indebidamente.

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