Combatiendo el calor infernal

La mujer que hurtó un acondicionador de aire y varios abanicos de una iglesia «tiene perdón de Dios». El Señor, en su infinita misericordia, tiene que apiadarse de esta sierva suya que, agobiada por el calor «infernal» que padecemos este verano, ha acudido al templo en busca de «salvación». Estoy seguro de que el Altísimo es consciente del calor que hace aquí bajísimo, capaz de trastornar al más devoto. Ni Job soportaría una prueba como ésta. Parece que Jehová le hizo caso a aquellos que hace años clamaban «¡Manda fuego, Señor!», y nos ha castigado con este anticipo del Infierno. Si yo fuera el juez en el caso de la mujer, la dejaría ir diciéndole «Ve, y no peques más», pues la mujer ha actuado acorde con el principio legal de «no exigibilidad de otra conducta».

¡Señor, ten piedad!

Comentarios

Entradas populares