El juramento de hipócritas

La entidad sucesora del Tribunal Examinador de Médicos ha decidido no sancionar a los médicos de las fotos infames. Eso no debe sorprendernos; ha podido más la mentalidad gremial que los méritos del asunto. Lo que sí resulta escandaloso son los fundamentos en los que basa su decisión. Por ejemplo, ¿qué importan las motivaciones de la periodista que denunció públicamente el asunto? Independientemente del ánimo vengativo - aceptando que lo hubiera - las fotos hablan por sí solas. Aquí lo fundamental son los actos de estos médicos. Decir que lo ocurrido fue luego de ellos haber completado su jornada «humanitaria» y que se trataba de unas fotos que serían parte de un «documental» con fines educativos es el colmo del cinismo y una falta de respeto al país.

La mal llamada Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica se nos revela como una chanchullera, de la cual no se podrá esperar nada que no sea encubrimiento y justificación de cualquier cosa que hagan los médicos. Esa «invitación» a que los médicos en general cumplan con las normas éticas de la profesión «en cualquier lugar» es una admisión sutil de que, en el fondo, saben que aquellos médicos metieron las patas...y la Junta también.

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