El «bobo» no hace bobos.

Uno de esos estudios acerca de cuestiones inútiles «revela» que los niños que se chupan el dedo o el bobo más allá de lo normal - no se dice cuándo es esto - tienen problemas de dicción y cosas así. Pues, como no sea que se quiera hablar mientras se tienen los dedos o el chupete en la boca, no le veo relación.

Tengo que confesar que me chupé dos dedos ya grandecito, hasta que mi padre me aplicó un remedio que le valió un exabrupto de mi madre que aún recuerdo. Pero, el viejo tenía razón, y se lo agradezco. Por mi parte, nunca he tenido problemas de pronunciación o de articulación. Hablo alto y claro...y hasta demás.

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