Ya veremos...
Me mueve a risa leer ciertas cartas de lectores y espacios de opinión que, cada cuatro años, reclaman unidad y respaldo al nuevo gobierno porque son votantes del partido ganador. Cuando gana el adversario, esa gente le niega esa misma buena voluntad y comprensión y lo ataca inmisericordemente por cada error o falta...o lo que al juicio prejuiciado de ellos lo son. Algunas de estas personas suenan como si fueran monjitas orando por la paz mundial.
La realidad es que, en las actuales circunstancias, el nuevo gobierno no necesita ayuda alguna, pues tendrá el control absoluto del país. Podrá aprobar la legislación que desee y se asegurará de que el Poder Judicial, hasta su más alto foro, se lo refrende. Así lo ha querido nuestro pueblo. De manera que dejemos la santurronería hipócrita de estos llamados a la paz y la concordia, y que el gobierno haga lo que le venga en ganas, que estoy seguro será acogido con el beneplácito de todos los que votaron por él y no habrá tacha que ponerle.
La realidad es que, en las actuales circunstancias, el nuevo gobierno no necesita ayuda alguna, pues tendrá el control absoluto del país. Podrá aprobar la legislación que desee y se asegurará de que el Poder Judicial, hasta su más alto foro, se lo refrende. Así lo ha querido nuestro pueblo. De manera que dejemos la santurronería hipócrita de estos llamados a la paz y la concordia, y que el gobierno haga lo que le venga en ganas, que estoy seguro será acogido con el beneplácito de todos los que votaron por él y no habrá tacha que ponerle.
Comentarios
Mientras tanto, llevamos más de 40 años maracados por la urgente necesidad de un nuevo proyecto social y político. Y no somos capaces de articularlo. El estancamiento ha sido sinónimo de retroceso. Y lo seguirá siendo, pero cada día que pasa la crisis del país se torna más ominosa, en forma más acelerada, como el proverbial tren que adquiere más velocidad antes de la colisión.