El ladrido de los perros

El afán de enterrar al PIP es tan grande, que hay todo un movimiento de individuos y entidades que no dejan pasar un día sin atacar a un partido que no se cansan de puntualizar no existe y que, de todas maneras, resulta insignificante o inconsecuente en la vida política puertorriqueña. Si todo ello es cierto, no entiendo por qué el asunto amerita tanta atención.

La prensa de hoy trae un buen ejemplo de esta campaña. En un artículo de página completa se destaca, con un lenguaje tendencioso, la devolución de ciertos equipos adquiridos con el Fondo Electoral, dando la impresión de que el PIP los destrozó o no los cuidó adecuadamente. Pero, del propio cuerpo de la noticia surge que se trata de equipo viejo - algunos datan de hace 16 y 17 años - lo cual, en gran medida, explica su condición actual.

Sin embargo, el aspecto positivo queda relegado al final. Con el subtítulo "Aval judicial para el PIP" se informe brevísimamente de la decisión favorable en un recuadro pequeño y sombreado, como para dificultar su lectura.

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