El mercado tiene pulgas.
El anunciado rescate de los dos principales bancos hipotecarios de Estados Unidos, a la vez que la noticia de la quiebra de 11 bancos regulares en lo que va de año, me provoca una reflexión sobre la relación entre el sector privado y el sector gubernamental.
Hay en el sector privado una actitud muy acomodaticia con respecto al gobierno. El gobierno es "malo" y la reglamentación es "excesiva", pero, cuando se le ponen las cosas malas a la empresa privada, entonces salen corriendo a pedir la protección gubernamental; entonces las leyes, los reglamentos y la "intervención" del gobierno en el "mercado" es buena.
¿Dónde queda el mítico Adam Smith y la "mano invisible" de las fuerzas del mercado que todo lo corrige y resuelve? El cinismo monumental de los empresarios, sean de Wall Street o de la "Milla de Oro", es reflejo de la avaricia sin límite que es su razón de ser.
Hay en el sector privado una actitud muy acomodaticia con respecto al gobierno. El gobierno es "malo" y la reglamentación es "excesiva", pero, cuando se le ponen las cosas malas a la empresa privada, entonces salen corriendo a pedir la protección gubernamental; entonces las leyes, los reglamentos y la "intervención" del gobierno en el "mercado" es buena.
¿Dónde queda el mítico Adam Smith y la "mano invisible" de las fuerzas del mercado que todo lo corrige y resuelve? El cinismo monumental de los empresarios, sean de Wall Street o de la "Milla de Oro", es reflejo de la avaricia sin límite que es su razón de ser.
Comentarios
¡Gracias! Me alegra saber que tengo una lectora "uruguasha", que, a su vez, escribe muy bien.