Un desplante destructivo

 El insólito desplante de la gobernadora González a la secretaria Granholm es una muestra de un comportamiento errático que augura malos tiempos para el país. No solo se trata de una falta de cortesía elemental, sino de un menosprecio a una funcionaria del gobierno federal del país del que ella quiere ser parte de manera total. Eso no va a pasar inadvertido en Washington.

Que Granholm esté de salida o que para ella sea una photo opportunity - cosa que parece improbable - no justifica en modo alguno que no se le recibiera. Lo ocurrido sienta un precedente muy malo para otros funcionarios del gobierno de Estados Unidos que puedan pensar venir aquí. Aunque JGo fuera a declarar la república, no es momento de buscarse enemistades en el Imperio.

Esta malacrianza traerá cola...

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