La demencia otra vez
La esperanza es que Trump implosione. El hombre, claramente insano mentalmente, lleva dentro de sí la semilla de su propia destrucción. Como no conoce límites, irá tan lejos en su locura, que no habrá quien lo siga. Dentro y fuera de su país tendrá tantos adversarios y enemigos, que será imposible para él funcionar con los demás, e individuos y naciones lo evitarán. De una u otra manera, Estados Unidos tendrá que sacarlo de la presidencia porque el caos creado por él se le hará insostenible.
Todo esto era previsible. Si en su primera presidencia dio amplias muestras de desequilibrio mental, era de eserarse que ahora, más deteriorado, fuera peor. Pero, hay países - la Alemania de los años 30 del siglo XX, por ejemplo - que siguen ciegamente, aunque con los ojos abiertos, a un demente que los lleva al abismo.
Ya vimos el saludo.
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