Nada que celebrar

Dentro de las muchas cosas negativas de nuestra vida colonial, hay una que otra para celebrar.  Por ejemplo, el hecho elocuente de que hoy han tenido que conmemorar el 4 de julio en la Placita Dársenas en el Viejo San Juan.  A este paso, el año próximo lo harán en el salón de la Asamblea Municipal.

Muy lejos en el tiempo han quedado aquellos desfiles pomposos en avenidas principales o en espacios públicos grandes.  La gente siente - aunque sea de manera subconsciente -  el absurdo y la ridiculez de «celebrar» el cumpleaños de la metrópoli.  De celebrar la independencia del país que nos niega la nuestra.  Estamos hartos y hastiados de la colonia, y hasta los que una vez creyeron en la autonomía, hoy se abrazan a la soberanía.

¿Cuándo tendremos nuestro «4 de julio»?

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