Una terrible orfandad

El problema de la falta de adopción es tal que hasta las escuelas se resienten de él. Así surge de lo que ha dicho el funcionario gubernamental a cargo de la Oficina de Mejoramiento de las Escuelas Públicas. Confieso que no sabía que, ahora, poner una escuela en condiciones depende de que una agencia de gobierno la «adopte».

Pues, veo mal la cosa para un sinnúmero de escuelas en lugares apartados, en sitios feísimos, con una matrícula de delincuentes juveniles, y con otras condiciones negativas. Temo que ésas se quedarán «huérfanas de padre y madre».

¿Qué ha pasado con la responsabilidad de parens patriae del Estado?

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