Sendero Bochornoso

Seguimos viendo la estela de corrupción que dejó Fujimori en su paso por la presidencia de Perú. Aquel hombre que se cantaba empresario exitoso idóneo para gobernar y de mano dura contra Sendero Luminoso ahora vive la ignominia de su realidad delictual tantas veces negada, y finalmente aceptada y probada.

Los que hicieron del anticomunismo o antiterrorismo una profesión resultaron ser peores que los «males» que combatían. Tengan cuidado los pueblos que eligen a sus gobernantes sobre la base de su éxito económico y retórica de la fuerza. La combinación suele ser terrible.

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