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Mostrando entradas de febrero, 2025

El ladrillazo dorado

  Los yanquis - que saben mucho y según ellos más que el resto del planeta - suelen decir Be careful what you wish for, y tienen sobrada razón. Lo que mucho se desea, con frecuencia, resulta ser una decepción o tener consecuencias muy negativas. Así es la vida. Y lo que le ha pasado a muchos emigrantes, con papeles o sin ellos, a Estados Unidos en  estos días es prueba de ello. En el desierto de sus carencias o de la tentación de una vida mejor vieron el espejismo de un American Dream casi siempre falso y ahora convertido en pesadilla. El yelllow brick road es una fantasía y al otro extremo del arcoiris lo que hay es la bruja del racismo y la xenofobia ahora con esteroides trumpianos. No puede pasar inavertida la ironía de que quienes salieron huyendo de la supuesta «tiranía» de Maduro ahora son víctimas de la devastadora tiranía de Trump. Su ídolo americano no solo tenía los pies de barro, sino que se les convirtió en un energúmeno colosal con furia despiadada en su contra. E...

El Musk de aquí

  Se dice que lo malo es lo que se pega, y lo que ocurre en estos momentos en Puerto Rico y en otras partes de «Nuestra América», así nombrada por Martí, es ejemplo de ello. Aquí, copiando el modelo de Musk, se ha elevado al Secretario de la Gobernación a nivel de funcionario con facultades omnímodas a la usanza del régimen del imperio español. Si a eso se le añaden las que ostenta su mujer como Secretaria de Estado «agrandada», tenemos una pareja no electa decidiendo sobre vida y hacienda al más alto nivel. Lo peor es que todo ello sucede en un clima de impunidad, pues se trata de una persona que, por decir poco, ha demostrado tener malos cascos en su intimidad y fuera de ella, protagonizando incidentes que han requerido la intervención de las autoridades, que solo la indulgencia oficial ha evitado que pase a mayores consecuencias. Y ahí radica el peligro para la buena gobernanza del país. La sumisión de los poderes públicos ante esta delegación de autoridad ultra vires  soca...

Lo bueno de Trump

  El viejo dicho de que «no hay mal que por bien no venga» se cumple con el gran mal de Trump y lo bueno que ha traído. Al quitarle la careta al Imperio y revelar  lo que el país es en el tuétano de sus huesos, ya no le queda duda a nadie  de lo que ha sido, es y será USA dentro y fuera de sus fronteras. Se acabaron los disimulos y las hipocresías. No hay alianzas ni amistades con nadie. Como no se puede esperar nada bueno, cada cual tiene que velar por lo suyo, sin estar confiando en la «protección» de los americanos. No hay dinero ni voluntad de ayudar a los demás, individual o colectivamente. Por lo tanto, la orden del día es la del esfuerzo propio y ayuda mutua comp parte de grupos de individuos y naciones, poniendo la mayor distancia posible de Estados Unidos. Lo mejor que se puede hacer es dejar tranquilo a ese país; no ir allá ni tener mucho que ver con su vida. Ese es un país de gente blanca que habla inglés, que quiere permanecer así y le molesta la gente oscura ...

La era de China

  Los que sabían lo venían diciendo: China se convertiría en la principal potencia económica del planeta. Calladamente trabajaba para eso, y ahora, en medio del maremagnum causado por Trump en todo el mundo, se ha destapado completamente la primacía china en este mundo nuevo parido con los forceps del demente en la Casa Blanca .  La superioridad china se manifiesta en dos vertientes: la tecnológica y la política en la escena internacional. A modo de ejemplo, China ha revolucionado el transporte urbano por aire, carretera y rieles, con unos desarrollos que lucen sacados de novelas o películas de cienca ficción. Ya no habrá marcha atrás; la maltrecha Detroit no puede competir con el ingenio chino que ha hecho realidad lo inimaginable. El futuro llegó y cogió dormidos a los arrogantes del Norte. En el tablero internacional, mientras Trump se enemista con todo el mundo, China establece relaciones cordiales y mutuamente beneficiosas con el resto del mundo. BRICS crece aceleradament...

La hora de parar la dictadura imperial

El mundo contempla perplejo la rápida transformación de Estados Unidos en una dictadura. Todos aquellos que pensaron que esto no era posible han muerto de desengaño. Si bien hay algo de resistencia en ese país, su tan cacareado rule of law se ha hecho sal y agua, demostrando con ello que la adhesión de los estadounidenses a sus supuestos postulados gubernamentales era de la boca para afuera, rindiéndolos muy fácilmente ante el  push comes to shove de un osado fascista. Y esa osadía no conoce límites ni internos ni externos, pues con singular desparpajo ese dictador anuncia sus intenciones imperialistas de conquista e injerencia a la trágala en los asuntos de otros países, desdibujando geografías y repartiendo a su antojo a gente de otras latitudes y longitudes. Ante esta barbarie moderna, su país se muestra pasivo y sumiso, sin contrapeso de consideración, y otros gobiernos lucen aterrados y tratan de aplacar su ira con acomodos y concesiones. Ya vimos que eso no funcionó ante...

Una locura contagiosa

  Hay una locura contagiosa en la política de este hemisferio: Trump, Bolsonaro, Bukele, Milei... Y ahora, con este segundo aire de Trump, la derecha dura south of the border se ha envalentonado, desde el calvito de El Salvador hasta el esmorusao de Argentina, que ya mismo pinta la Casa Rosada de otro color menos femenino. En Trump, su demencia ha sido progresiva, con ribetes de senilidad; en los demás, la locura del del Norte los hace sentir respaldados  en la toma de decisiones  alocadas  y de corte fascista, con el beneplácito del loco mayor en la Casa Blanca.  Por supuesto, esta no es la locura de los locos de atar. Aquí hay method to their madness , con propósitos dictatoriales y de enriquecimiento injusto. Percibiendo la debilidad de una sociedad civil abúlica y con poca conciencia política, estos «hombres fuertes» de espíritu mesiánico le pasan la aplanadora a las instituciones democráticas a capricho. Y sus pueblos quedan locos y sin ideas.

Un joven por viejos caminos

El moribundo Partido Popular Democrático ha celebrado con bombos y platillos la coronación de Pablo José, de la Casa de los Hernández, como su nuevo portaestandarte. Ya que su padre, que una vez fue sucesor aparente de la Corona Popular, se retiró por razones que nunca fueron bien explicadas y, sobre todo, creídas, ahora el Infante se ha coronado a sí mismo en un acto napoleónico. Y el muchacho ha decretado borrón y cuenta nueva. Aunque su «nostalgia» lo llevó a entonar una versión de Jalda arriba y referirse a esa retórica muñocista, en su delirio de grandeza habló de hacer historia con un PPD hecho a su imagen y semejanza. Afortunadamente para él, la inutilidad de siempre de la Comisaría Residente, ahora en la Era de Trump, le dará más tiempo a Pablo José para jugar con ese juguete viejo. Con su ideal «autonomista», tendrá que pedir la reunificación con España, como una comunidad autónoma a su usanza, porque, con Estados Unidos, el ELA seguirá muerto y sepultado.   

Monkey see, monkey do

  Alentados por la ofensiva trumpista contra la gobernanza democrática y respetuosa de los derechos del ser humano, los prototiranos de esta isla caribeña también desatan su ataque relámpago contra instituciones y personas que les resultan indeseables.De ahí el pretendido desmantelamiento del Instituto de Cultura Puertorriqueña y la escalada en la legislación de inspiración bíblica, que no es otra cosa que un discrimen santurrón. Se respira maldad allá y acá. Sorprende la justificación del mal y la dureza de corazón de los que se saben parte de los 144,000 elegidos. El problema allá y acá es que fueron electos y ahora «tienen la sartén por el mango y el mango también» porque se les puso en la mano. Ni allá ni acá fuimos llamados a engaño.Todos sabíamos lo que podíamos esperar. Tenemos lo que quiso la sacrosanta mayoría.