Darwin y los petardos

Excepto a los niños muy pequeños, no hace falta que se expliquen los peligros de la pirotecnia. Los efectos de los explosivos son evidentes. Los daños que ocurren en su manejo son producto de la temeridad de quienes siempre creen que son invulnerables a los  peligros del mundo. A muchos les fascina vivir de manera arriesgada, haciendo omiso a los consejos y a la prudencia. Esos son los que duran poco y viven de manera accidentada; los que se desplazan a gran velocidad hacia la autodestrucción en todo lo que hacen, actuando con grave menosprecio a la seguridad propia y ajena.

Darwin sentenció que sobreviven no los más fuertes, sino los más aptos. La selección natural se encarga de sacar del camino a los que no son aptos.

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