«Una verdad como un templo»

La noticia de que, en Estados Unidos solamente, la Iglesia Católica ha tenido que pagar casi $4,000 millones a las víctimas de la pederastia sacerdotal es el puntillazo al argumento, que una vez se esgrimió, de que este era un asunto aislado, obra de dos o tres curas pecadores.

Pues, han resultado «muchos los hijos del muerto». Ya nadie se atreve a repetir aquella tontería porque la realidad se ocupó de aplastarla. Si se hubiera adoptado una actitud de aceptación de la verdad, las cosas no hubieran llegado a este punto. Pero, el afán de guardar las apariencias pudo más en la jerarquía, y el de defender lo indefendible en la feligresía -- incluidas personas ilustradas -- que acabaron haciendo el papel triste de negar una verdad que se hacía rápidamente evidente.

¡Ay de quienes olvidaron que «lo mejor que Dios ha hecho es un día después de otro»!

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