"Their Man in San Juan"

Como adelanté hace unos días, la suerte del Superintendente de la Policía no depende de los deseos del Gobernador de Puerto Rico, sino de lo que decida el Gobierno de Estados Unidos. Era de esperarse que los americanos quieran a uno de los suyos -- no olvidemos que Pesquera es un agente del FBI prestado para estas funciones -- a la hora de exigir cumplimiento con sus órdenes. La incumbencia de Pesquera es parte de un patrón impuesto por los americanos para tener a alguien que les responda directamente en nuestra Policía. No es casualidad que los jefes policiacos más recientes -- Toledo, Figueroa Sancha y Pesquera -- todos han sido agentes o exagentes del FBI, es decir, empleados federales cuya lealtad primera es al imperio.

Por lo tanto, poco importan esos alardes patrioteros del nuevo Gobernador. A la hora de la verdad, él y sus predecesores no pasan de ser subalternos glorificados del imperialismo yanqui, sin poder real alguno, ni siquiera para escoger a sus propios subalternos.

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