Más Becketts, menos Botox

Hombre, eso de que la economía irlandesa dependa tanto de la exportación de Botox me parece un chiste...de mal gusto. Aunque la sustancia tiene usos terapéuticos legítimos, no hay dudas de que anda un tanto desacreditada, por los malos resultados habidos en la vertiente de los tratamientos cosméticos. De manera que los irlandeses deberían buscarse otra cosa para exportar en grande, en vez de una sustancia inherentemente tóxica, con un potencial dañino tan grande.

Yo me concentraría en la cerveza, el whisky, la música y la literatura, todos ellos renglones muy buenos y sabrosos, que hacen que uno se olvide de una arruga aquí o allá. De hecho, nadie más arrugado que Samuel Beckett, literato irlandés, «exportado» a Francia la mayor parte de su vida.

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