Ni aliados ni amigos

Bolsonaro y Macri acaban de comprobar lo que se sabe desde siempre: el Imperio no tiene amigos ni aliados; solo  enemigos, adversarios o súbditos. Ahora con Trump se terminaron los disimulos: es Estados Unidos contra el resto del mundo, pues los demás países son, más o menos, mierda. Los estadounidenses mandan y los otros obedecen o se atienen a las consecuencias económicas o militares. O se está con ellos o contra ellos. No hay lugar para una política independiente. Los americanos exigen sumisión total de sus inferiores, es decir, el resto del planeta. Por eso no respetan el derecho internacional, ninguna organización internacional ni acuerdos, pactos o tratados por los que tengan que regirse y aceptar el criterio mayoritario de otros. En otras palabras, la democracia es buena, solo si ellos tienen la única o última palabra.

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