Nada nuevo bajo el sol

Continúa la corrupción en el uso de los fondos federales para la reconstrucción de Puerto Rico tras María. La bonanza de cifras millonarias le hace la boca agua a contratistas que quieren hacer su agosto en cualquier mes del año. Se piensa que, como no son chavos nuestros, poco importa hacer fiesta con ellos. Si otros se lucran a manos llenas, ¿por qué yo no?, parece ser la consigna.

La dependencia tiene muchas cosas malas, y ésta es una de ellas. El país se ha acostumbrado tanto a vivir del mantengo -- incluido el corporativo -- que ya no tiene ni noción de la ética y la moral. Todo es negocio, y no se distingue bien entre el legítimo y el turbio. Es parte del ejemplo que hemos aprendido de nuestros conciudadanos del Norte, especialistas en la materia de hacer dinero a las buenas o a las malas.

En fin, el sol sale para todos, y algunos lo aprovechan mejor.

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