Medinadas

La renuncia del Papa ha estado envuelta en una nebulosa de escándalo, por su vínculo con el encubrimiento de la pedofilia en la Iglesia y los manejos de otras índoles puestos al descubierto con lo que se ha venido a conocer como los Vatileaks . Pero, como si todo esto no fuera suficiente, ahora se revela que va compartir su retiro con su secretario privado, un hombre que ha sido descrito como «el George Clooney del Vaticano». La insinuación de una relación homosexual entre ambos es evidente. Creo que, habida cuenta de todo lo anterior, el ahora expapa debería evitar hasta la mera apariencia de conducta impropia y de ser «motivo de escándalo», concepto importante de la ética cristiana.

Ha sido muy lamentable el exabrupto del líder de la oposición ciudadana a la privatización del aeropuerto, publicando en Facebook una expresión amenazante al Gobernador. Por más que lo haya querido arreglar, resulta clara su intención de acosar, amedrentar y castigar a García Padilla y a su familia, por la decisión tomada. El señor Camacho tiene razón en su planteamiento con respecto al aeropuerto, pero está profundamente equivocado en lo que respecta a cómo debemos reaccionar ante la decisión gubernamental. Creo que debió reconocer francamente su error, y no alegar que no fue su intención amenazar al Gobernador. Todos sabemos leer e interpretar lo que escribió. En este sentido, sus excusas públicas no suenan sinceras.

Habrá que esperar algo para confirmarlo, pero me parece que el Gobernador de Puerto Rico se suicidó políticamente esta tarde. Antes de su ya anunciado desacierto, era notable el vuelco de la opinión pública en su contra, por validar la privatización del aeropuerto principal del país. Por primera vez en nuestra historia, se escuchan voces pidiendo la renuncia de un Gobernador, hecho más insólito, dado que el incumbente tomó posesión el 2 de enero de este año. Estimo que el país no le va a perdonar esta traición tan temprana, y si al igual que Aníbal Acevedo Vilá, se empeña en postularse en 2016, lo enterrará con sus votos.

Independientemente de que, en sus méritos, podamos estar de acuerdo con el matrimonio homosexual, en lo que no debemos estar de acuerdo es en que se nos imponga vía la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos. De concretarse, sería una muestra más de la subordinación jurídica y política que padecemos, la cual abarca todos los aspectos de nuestra vida, aun los más íntimos, como el aborto y ahora el matrimonio homosexual. Puerto Rico, una nación caribeña y latinoamericana, debe tener la facultad de regir su vida colectiva de acuerdo con sus propios criterios culturales, no con los de unos extranjeros que los aplican a una sociedad distinta. Hagámosle justicia a los homosexuales, pero por nuestra voluntad.

Se ha destapado la ollita podrida del acoso cibernético en las escuelas privadas -- muchas de ellas católicas -- del país.  Con la actitud que le es propia a estos recintos de privilegio económico y social, han recurrido a la negación y el silencio, tácticas que han aprendido de la Santa Madre Iglesia Católica, que ahora sabemos hasta qué punto están dispuestos a llegar. Las escuelas privadas viven del mito de su superioridad en varios renglones, siendo uno de ellos que la chusma no franquea sus portones, y tiene que ir a la escuela pública. El Estado tiene que investigar este asunto sin miramientos clasistas. Ahora que se habla de igualdad y transparencia en todos los órdenes, no es momento de detenernos ante reclamos solapados de trato preferente para los pudientes. Todos somos hijos de Dios, especialmente los que hacen manifestaciones ostensibles de ello, y debemos responder como corresponde.

El estudio que revela que casi la mitad de los alumnos de escuela intermedia y superior consumen bebidas alcohólicas consuetudinariamente confirma lo que dije hace poco: vivimos en una cultura del exceso, con predominio del alcohol. Es claro que, por concentrarnos en el problema de las sustancias controladas, hemos desatendido este otro, cuyos alcances y efectos son devastadores en nuestra sociedad. La solución no es fácil porque requiere un cambio social que no estamos dispuestos a llevar a cabo. Mientras el alcohol sea el «lubricante» de la vida social dentro y fuera de nuestros hogares cotidianamente, ese modelaje producirá resultados como el que hoy se informa.

A diez años del retiro de la Marina de Estados Unidos de la isla municipio de Vieques se denuncia un capítulo más del efecto deletéreo de los 60 años de bombardeo y ocupación militar. Mientras en el país se discuten asuntos de menor importancia, Vieques sigue padeciendo de una contaminación bárbara agravada por el contubernio criminal del Gobierno de Puerto Rico con el de Estados Unidos y la desidia de ambos en esta década. Vieques sigue siendo la llaga abierta más ostensible del coloniaje que padecemos, y como no se le requiere reconocer como tal, se soslaya el tema. El actual gobierno, al igual que los anteriores, se sabe impotente para resolver un problema creado por lo que un cínico Gobernador hace unos años dijo que es «lo mejor de dos mundos». A ése y a otros de su calaña los deberían obligar a vivir en Vieques, a ver si les acomoda. Quien consiente la agresión de su país y de su gente, y la encubre con eufemismos y retórica, merece el más enérgico de los repudios.

El gobierno de García Padilla tiene «chichones» por todos lados. Nunca un gobierno ha generado tanto disgusto en tan poco tiempo. La impresión que se va haciendo general -- aun entre la gente de su propio partido y los otros que votaron por él -- es que predomina la improvisación y la ineptitud, amén de la lentitud en la toma de algunas decisiones apremiantes y cruciales. Es evidente que se hace difícil formar gobierno. Hay alrededor de 75% de los cargos públicos sujetos a nombramientos que no se han cubierto, y de la cuarta parte nombrada, la mitad no ha completado los trámites documentales para que se le pueda evaluar legislativamente como parte del ejercicio del poder de confirmación. A este paso, nos espera gran parte de este primer año del cuatrienio con un gobierno incompleto...y descabezado.

Ayer, cuando el Gobernador anunciaba las medidas para favorecer a la comunidad dominicana que reside ilegalmente en Puerto Rico -- que favorezco en lo que tiene de derecho humanitario -- no pude menos que pensar en si los dominicanos en su tierra tienen la misma actitud con respecto a los haitianos indocumentados o hasta documentados, pues sabido es que no son bien vistos en la República Dominicana. Quizá este gesto aquí tenga el efecto de crear conciencia allá de que el discrimen o el atropello del cual ellos justamente se han quejado no debe practicarse en su país de origen contra otros que están en situación migratoria similar.

Ni el matrimonio ni la «familia tradicional» están en peligro. No necesitan defensa de denominaciones religiosas ni otros grupos moralistas. Lo que sí necesita defensa es el derecho humano a que se respete la decisión personalísima de amar y convivir con garantías de ley, independientemente del género o del arreglo que se quiera establecer sin perjudicar a otros. Pero, el «perjuicio» no puede ser un supuesto «mal ejemplo» o que se tenga por pecaminosa una relación. La gente no toma su decisión en este contexto a base de lo que ve hacer al vecino. Por lo tanto, que se permita algo no lo convierte en modelo a seguir. Las iglesias no están impedidas de seguir predicando su moral particular y tratar de convencer a todo el que las escucha de no hacer ciertas cosas, de acuerdo con la ley de Dios. Lo que no puede admitirse es que ello se convierta en ley terrenal, en ausencia de razones distintas de un puro fundamento de una interpretación moral sectaria.

Tomen nota los ilusos que creyeron que la victoria del Partido Popular Democrático iba a significar algo distinto del régimen anterior. Ahí tienen la noticia de la contratación del cabildero Charlie Black y su grupo, al son de $50,000 mensuales --Black factura personalmente $525 la hora -- para que haga gestiones en Washington a favor de Puerto Rico. Hombre, yo creía que eso le tocaba al Comisionado Residente y al Director de la Oficina de Puerto Rico en Washington, quien aparece contratando a Black para que, obviamente, haga el trabajo para el cual él no está capacitado. Encima de eso, el flamante Director -- hijo del exgobernador Hernández Colón, por más señas -- ha nombrado a un Subdirector de la Oficina de la cual es figura decorativa. No se dice cuánto ganan ni el uno ni el otro. En fin, lo que ha cambiado es el color partidista, pero siguen los estilos de dispendio de fondos públicos en ayudantes, cabilderos y consultores variopintos.

Esto del meteorito que cayó en Rusia nos tiene que poner a pensar. En cualquier momento nos cae una pedrada cósmica, y acabamos «espachurraos» sin remedio. No nos va a salvar ni Bruce Willis y compañía. Dicen las malas lenguas científicas que algo así le pasó a los dinosaurios en el año de las «guácaras», y no se salvó ni uno, a pesar de lo que Spielberg nos ha mostrado. Quien quita que a los mayas le haya caído uno que otro peñoncito del cielo, y no sobrevivieron para contarlo. Se ha dicho que somos «polvo de las estrellas». Quizá a ese polvo volveremos...

Los dominicanos quieren que sus  Barceló y Brugal compitan en igualdad de condiciones con nuestros Don Q y Palo Viejo  en el mercado de ron en Estados Unidos, y para eso piden que los americanos dejen de subsidiar los rones puertorriqueños. El planteamiento se hace dentro del marco de la competencia comercial y los acuerdos de libre comercio entre República Dominicana y Estados Unidos. Me parece que los quisqueyanos tienen razón. Resulta injusto que se den ventajas como la de la devolución a Puerto Rico de los arbitrios cobrados en USA por la venta de nuestros rones allá, frente al comercio con otros países. La competencia debe ser en igualdad de condiciones, y que sea el gusto del consumidor el que decida cuáles productos se vendan más, sin apoyos artificiales que puedan usarse para fortalecer una industria sobre otra. Es lo que el «Don Q» original hubiera querido...  

Tienen toda la razón los que señalan que no hace falta estudiar más los problemas sociales del país, sino implantar las recomendaciones de todos los estudios que se han hecho durante décadas. Ha llegado el momento de pasar del análisis a la acción. Lo que hace falta es voluntad política para tomar decisiones, a veces antipáticas, y corregir el rumbo equivocado que tomó el país hace mucho tiempo. Lo que pasa es que muchos de los males sociales que padecemos están relacionados con la primacía del interés económico del sector privado en la vida colectiva. Por ejemplo, si el alcoholismo es un problema grave entre nosotros es porque las empresas cerveceras y licoreras tienen un protagonismo desmedido en la vida social puertorriqueña, en la cual el alcohol es omnipresente. El consumo desenfrenado de bienes y servicios es producto de una publicidad avasallante del sector comercial, creando apetencias y estimulando el hábito de comprar casi 24 horas al día, 365 días del año. En fin, sabemo...

Desde hace algún tiempo se viene denunciando el problema de los ascensores en el Centro Judicial de San Juan. Debe haber una razón muy poderosa por la cual no se ha podido resolver algo que, aparte del fastidio para el numeroso público -- funcionarios y ciudadanos particulares -- que acude diariamente a la sede de los tribunales de la capital, representa un problema de seguridad porque obliga a que cierto personal del tribunal comparta los ascensores disponibles con el público general, e incluso propicia cierta proximidad en áreas comunes con acusados y hasta sumariados y confinados. Esperemos que esta situación se resuelva antes de que ocurra un incidente que haya que lamentar.

Se denuncia -- como si fuera noticia -- la mala administración municipal en nuestro país. Hombre, pero si ésa ha sido la historia siempre, en mayor o menor grado. La gente de la mayoría de los pueblos insiste en elegir a los peores candidatos; gente de probada incompetencia y falta de ética. Trágicamente, ha podido más el amiguismo, el compadrazgo y la simpatía personal que las consideraciones de idoneidad para ocupar el puesto. Los que se benefician directa o indirectamente respaldan a esos ejecutivos municipales en sus fechorías. Otros se hacen de la vista larga o se resignan a los malos manejos. No nos sorprendamos, entonces, de la debacle administrativa y económica de los gobiernos municipales. Sigue siendo cierto que «los pueblos tienen el gobierno que se merecen»...sobre todo cuando lo eligen y reeligen libremente con sus votos cada cuatro años.

La ley que se acaba de aprobar para la creación de 50,000 empleos en 18 meses contribuirá al fisco $100,000 , según acepta el gobierno. Hombre, pero eso son $2.00 por cada empleo . Si el gobierno considera que eso es un triunfo, yo le envío un chequecito de $20.00 -- el equivalente a diez empleos -- , y no tienen que pasar tanto trabajo ni hacer el ridículo con este estatuto. Francamente, este nuevo gobierno se desinfla rápidamente, sin tomar vuelo, con promesas incumplidas o aplazadas, y gestiones pretenciosas e irrealizables. Los que lo eligieron -- no me encuentro entre ellos -- ya están decepcionados y molestos con su evidente y temprano fracaso. No me sorprende.

Nada me agradaría más que se hiciera realidad la proyección entusiasta de nuestro Secretario de Estado para que Puerto Rico amplíe su marco de acción con otros países. Si él logra romper -- o siquiera expandir -- el cerco colonial que nos subordina a Estados Unidos en la escena internacional, habrá que proponerlo para el Premio Nobel de la Paz, como poco. Pero, los antecedentes no son halagüeños. El imperio nunca ha permitido que su colonia en el Caribe participe en entidades o forme parte por su cuenta de organismos ni siquiera regionales. En el mejor de los casos hemos sido un apéndice de la metrópoli, como parte de la delegación de Estados Unidos. La inmensa mayoría de las veces no se nos permite participar como lo que somos: una nación latinoamericana, junto a  las demás, en cónclaves de la América hispana. David Bernier -- otrora destacado esgrimista --  tendrá que hacer galas de una fina esgrima con el Departamento de Estado de Estados Unidos, para lograr anotarse algú...

El señalamiento de un conocido y experimentado trabajador social -- expresidente de ese gremio profesional, por más señas -- de que el 70 % de las denuncias ciudadanas de maltrato a menores de edad son infundadas amerita una atención especial. En la transición gubernamental recién concluida, se denunció que el Departamento de la Familia había desatendido dolosamente 42,000 querellas  de esta clase. Si lo declarado por este trabajador social es cierto, entonces hay cerca de 29,000 que no tienen mérito. Por supuesto que 13,000 casos  son muchos, pero hay una diferencia significativa que cambia el panorama de este asunto. Me parece que, en el afán de inculpar a la pasada administración, se ha querido creer lo peor. Eso y el hecho de que la nueva sensibilidad hacia ciertos problemas sociales nos lleva a exagerar su ocurrencia. No todo lo que creemos que constituye «maltrato» realmente lo es. Hay que tener cuidado de «criminalizar» como maltrato conductas que no lo son, tales com...

No entiendo la preocupación  por que el correo no entregue correspondencia los sábados. Cinco días a la semana es más que suficiente para atender las necesidades actuales de la gente. En una época en que se realizan múltiples pagos por Internet , y el grueso de las comunicaciones personales e institucionales se hacen por esta misma vía, bien se puede reducir el servicio de correo, no digamos a cinco, sino a cuatro días, sin que ello signifique un descalabro social. Llegará el día en que sea un servicio de una vez a la semana, y todos nos acostumbraremos a ello, como la cosa más natural del mundo.

Leo que una de las principales productoras de mangó en Puerto Rico participa en Fruit Logistica 2013 en Alemania, feria mundial de frutas y vegetales frescos. Me pregunto si nuestra gente pronunciará el nombre de la fruta a la usanza nuestra -- como palabra aguda --  o lo hará como el resto del mundo, como palabra llana. Bueno, supongo que la lingua franca en esa actividad sea el inglés, en cuyo caso,  se hablará de mango, y problema resuelto.

La noticia del escalamiento en casa de un médico en la urbanización Santa María resulta curiosa y significativa. La pregunta que uno se hace es por qué ese oftalmólogo tenía $46,000 en efectivo en su casa. Hoy, que la prensa destaca la evasión contributiva de quienes no pagan lo retenido por concepto del impuesto sobre ventas y uso,  es de suponer que a la visita de la policía debe seguirle la de los inspectores del Departamento de Hacienda, para ver qué hacía ese médico con todo ese dinero en su casa, y si lo había declarado como ingreso. Lo otro que me llama la atención es que la noticia no revela la identidad de la víctima. Véase que no se trata de una víctima de agresión sexual o de un menor de edad, a quienes se les protege su identidad. ¿Por qué el periódico tiene esa condescendencia? ¿Porque es médico y tiene dinero...aunque sea mal habido o retenido? ¿Para evitarle el bochorno de que se sepa que cobraba en efectivo, para no declararlo como ingreso y burlar el fisco? Ésa...

Desde hace un tiempo, me viene pareciendo que Maha Abdel Rahim,  la mujer que lucha por la custodia de su hijo, frente  a su exexposo radicado en California, tiene unas pretensiones irrazonables. Sus recientes declaraciones, en las que truena contra la actual Secretaria de la Familia y el actual Secretario de Estado son muestra de ello. Ella parece creer que el pleito se tiene que decidir a su favor, a como dé lugar. Cuando el tribunal californiano le falló en contra, hizo caso omiso de ese dictamen, y con subterfugios se trajo el niño para Puerto Rico y lo retuvo, por su cuenta y riesgo. Envalentonada por el apoyo de muchos que irresponsablemente creen que todas las decisiones gubernamentales pueden ser revocadas con marchas y pancartas, la mujer siente que está por encima del bien y el mal, y ahora, cuando las autoridades de nuestro país le explican que el asunto se tiene que dilucidar en California, saca las uñas y arremete contra ellas porque no la complacen. Quizá ella ...

La prensa da cuenta de algunas reacciones de congresistas americanos a los resultados del plebiscito del pasado noviembre y a lo que ha de hacer ese gobierno en vista de ello. Curiosamente, uno de los entrevistados es el senador Robert Menéndez, de origen cubano, y quien en estos días está en la mirilla del propio Congreso, por una relación algo irregular con un oftalmólogo dominicano radicado en Estados Unidos, que no es visto con buenos ojos por líos tributarios. A Menéndez se le imputa recibir favores y dinero del doctor, y además coger pon en el avión privado de éste para ir a República Dominicana a tener sexo con menores. Mientras tanto, el senador  -- que algunos señalan como gran «amigo de Puerto Rico» -- sigue metiendo la cuchara en nuestras cosas. Con amigos así...

Los industriales ponen el grito en el cielo, ante el anuncio de que se restablezca el 4% de tributación para las corporaciones foráneas. Y lo hacen con el mismo sonsonete de siempre: hay que reducir los costos de hacer negocio en Puerto Rico, que para ellos significa pagar salarios de hambre, poder despedir empleados a voluntad, tener empleados a tiempo parcial con pocos o ningún beneficio, pagar poco por el agua y la energía eléctrica, pagar pocos impuestos; en fin, hacer lo que les dé la gana. Se quejan de que el gobierno no los complace en todas sus peticiones, mejor dicho, pretensiones. Porque estos «próceres» ven en la crisis económica una singular oportunidad para chantajear a los gobiernos de todo el mundo, blandiendo su poder económico -- que usan para poner y quitar gobiernos -- con el fin de obtener un margen de ganancia cada vez mayor, para mantener una vida de lujos y privilegios, a costa del trabajo ajeno.

Hay algo raro en el proceder de la mujer de origen puertorriqueño desaparecida en Turquía. Cuando menos,  aparenta cierta inclinación al peligro o temeridad. Viajar sola a un lugar desconocido. Encontrarse con varios individuos meramente «conocidos» por las redes sociales. Cambiar su itinerario para ir de Estambul a Amsterdam y a Munich, brevemente, y volver a Turquía. Su esposo parece ignorar las razones de este comportamiento. Todo esto luce curioso e intrigante. Quizá la explicación no sea muy agradable.