¡Qué hipotecas!
Poniendo por delante la presunción de inocencia - que debería llamarse de no culpabilidad - cuando menos, resulta embarazoso para ciertos círculos económicos y sociales que gente adinerada y con apellidos conocidos sea imputada de fraudes como los de la banca hipotecaria. Esos «dueños del país», tan admirados y celebrados como los salvadores de la patria, no se conforman con ganarse una fuerte suma vendiendo casas y condominios a precios exorbitantes, sino que hacen trampa, para ganar más.
¡Qué lindo ejemplo de empresarismo!
¡Qué lindo ejemplo de empresarismo!
Comentarios
Con relaciòn a las hipotecas hay muchas personas inescrupulosas en este campo.