Crónica de una quiebra anunciada

Nunca he estado a favor de que se coloquen tantos «huevos» en la «canasta» del turismo. Lo he dicho antes: el turismo es una actividad demasiado cambiante y volátil; es cuestión de modas y gustos, y resulta muy frágil para ser una base sólida para la economía de un país. Seguir construyendo hoteles de lujo, en los que todo costará «un ojo de la cara», en momentos en que la economía mundial está en el piso, es un desacierto de marca mayor. No habrá suficientes turistas con suficiente dinero para mantenerlos.

Al igual que ocurre con todas esas quiebras comerciales de negocios ubicados en centros comerciales, porque «no entran ni las moscas», eso mismo les pasará a estas hospederías.

Comentarios

Entradas populares