El baño es salud.

Ahora resulta que las duchas son «antihigiénicas», dicen unos americanos, de ésos que se ocupan de estudiar cuanta pendejada se les ocurre. Yo, que llevo una semana padeciendo interrupciones sorpresivas y prolongadas del servicio de agua potable, me sigo dando la mía dos veces al día, aunque me haga daño. ¡Hombre, por supuesto que los cabezales de las duchas hay que limpiarlos, como cualquier otra cosa! Pero, esto de aterrorizarnos más que Hitchcock en Psycho, no va conmigo. Nada hay como una ducha caliente o fría, dependiendo de las circunstancias. Si nos mata, seremos cadáveres limpiecitos.

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