Una postulación a destiempo

Aunque, como muchos, veo con simpatía la presidencia de Obama, me parece francamente absurda su postulación para el Premio Nobel de la Paz. Sobre todo, si continúa resbalando ante las exigencias de los militarotes del Pentágono para prolongar la presencia de sus tropas en Irak y Afganistán. Este afán de «canonizar» a la gente antes de tiempo sólo lleva a que se haga el ridículo, cuando su desempeño luego es decepcionante.

Así que vamos a esperar un tiempito, a ver si Obama se sobrepone al military- industrial complex denunciado hace más de medio siglo por Eisenhower, y se hace merecedor de ese premio.

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