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No, pero sí

Alejandro García Padilla sigue dando muestras de que padece de ambivalencia perniciosa. El candidato a la gobernación por el Partido Popular Democrático critica el programa gubernamental que intenta estimular el cultivo de ciertos valores cívicos y morales, pero anuncia que lo continuaría en su gobierno, pues el suyo no sería «hipócrita». Si bien convengo en que este gobierno dice una cosa y hace otra, no creo que el suyo vaya a ser muy distinto en ese aspecto. Me parece que en su afán de criticar todo lo que hace el adversario incumbente, ha escogido mal, al pronunciarse sobre este asunto. Proyecta una actitud mezquina y pequeña, de oponerse a todo o a hacerlo acomodaticiamente, como parte de un patrón que lo lleva a, incluso, rechazar acogerse al nuevo estado de derecho contributivo, por no aceptar que le pueda ser beneficioso. En fin, no creo que AGP se haga un favor con expresiones como ésta, que pone en tela de juicio su criterio, firmeza y sensatez.

Un doble golpe

Ese matrimonio de Naranjito que alega haber sido víctima de un robo domiciliario que lo despojó de $250,000 -- $200,000 en prendas y $50,000 en efectivo -- más vale que tenga las cuentas bien claras, pues la Policía, además de investigar el atraco, lo va a investigar. Difícilmente alguien tiene tiene sumas así o alhajas por esa cantidad en su casa, sin que ello implique alguna ilegalidad o irregularidad. La noticia no da detalles sobre la ocupación o el oficio de estas personas, así que, de no dedicarse al negocio de joyería en alguna de sus vertientes, va a ser interesante conocer su explicación acerca de ese botín. Igualmente, acerca de todo ese dinero en efectivo. Ah, sí,...y que esperen la visita de los inspectores del Departamento de Hacienda...

«El coronel no tiene quien le [arregle]»

¡Hombre, pero en qué país vivimos! Eso de que un coronel de la Policía sea dueño de un negocio que vende bebidas alcohólicas hasta la madrugada, y en violación del Código de Orden público, es digno de un sainete tercermundista. Ser el dueño -- con todo y que sus hijos lo administran -- nada más bastaría para colocarlo al margen de lo que resulta apropiado para un funcionario del orden público de su categoría. Si a eso le añadimos que la propia policía ha tenido que intervenir varias veces por la venta de bebidas alcohólicas a deshora, la copa se desbordó hace tiempo. El colmo es que el teniente de la región policiaca le ha tenido que llamar la atención al coronel por estas reiteradas violaciones. Evidentemente, a este coronel hay que botarlo del Cuerpo. Nuestra policía está lo suficientemente deprestigiada, como para que le dé cabida en sus filas a un guapo de barrio como éste, que abusa de su poder y con ello desmoraliza al resto de la Fuerza y a los ciudadanos de la comarca en gene...

«¿Quién nos protege de quienes nos protegen?»

El colmo de los colmos. El jefe de los oficiales de custodia del Departamento de Corrección parece ser incorregible, habida cuenta de su abultado expediente penal, que incluye fechorías cuando ya era empleado correccional. Se alega, a manera de disculpa, que él nunca informó de esas situaciones. Pero, ¿de cuándo a acá el gobierno descansa en la palabra de un aspirante a un empleo, sobre todo, uno tan sensitivo como ése? ¿Para qué existen los certificados de antecedentes penales? La respuesta la sabemos: el sujeto es un gran recaudador de donativos para el partido de gobierno. Con esas credenciales «impecables», todas las otras huelgan. La desfachatez de este gobierno no tiene límites. Como no distingue entre gobierno y partido, lo que es bueno para uno es bueno para lo otro. Aunque, como en este caso, sea malo.

Como buenamente podamos

Continúan los anuncios de reducciones en las ayudas y beneficios de los fondos del gobierno de Estados Unidos en asuntos tan importantes como la educación y la salud. Es natural: los americanos están quebrados hace rato, y hacen de tripas corazón para mantenerse funcionando. Ahí tienen el ejemplo del correo, que pretenden mantenerlo artificialmente, por terquedad y patrioterismo, a pesar de que dejó de ser rentable hace varios años. Con esa escritura en la pared, Puerto Rico se tiene que «independizar», aunque sea parcialmente, y buscar cómo atender sus necesidades y resolver sus problemas sin depender de las dádivas federales, una especie en peligro de extinción. La iniciativa del acueducto comunal del barrio Maizales, con más de medio siglo, es un ejemplo a seguir, no solo para los puertorriqueños como individuos, sino para nuestros gobiernos. Pensemos y actuemos por nosotros mismos, en vez de lamentarnos y perder tiempo y energía en súplicas por algo que no es nuestro ni está en...

«Toccata y fuga»

Se siguen denunciando casos de abuso sexual contra menores por parte de individuos que dirigen agrupaciones artísticas, deportivas o educativas. Ahora surge el caso de un director de banda escolar que, mientras enseñaba a sus alumnos a tocar, se dedicaba a toquetear a algunas de ellas. Lo que sorprende en todos estos casos es la ingenuidad de los padres de estos jóvenes, quienes confían ciegamente en las buenas intenciones de estos hombres y se los entregan en bandeja de plata, dándoles un acceso y unas facilidades que les permiten consumar sus fechorías. También me llama la atención la pasividad con la que ciertas jovencitas consienten -- aunque no sea jurídicamente válido -- estas relaciones, que en algunos casos se prolongan durante años. Aunque puedo entender, parcialmente, que un menor sienta admiración o respeto por un adulto que considera su mentor en algún aspecto, se me hace difícil comprender la aceptación y el sometimiento reiterado a relaciones sexuales y a participar e...

Me «pegué» al nacer

Mi mamá se murió a tiempo. Ella, jugadora sempiterna de la Lotería, no ha visto -- a menos que del más allá se vea para el más acá -- la trampa en el sorteo reciente. La viejita siempre tuvo su escepticismo acerca de «la pureza de los procedimientos». Principalmente, porque la pobre nunca se pegaba. Entonces, con una lógica que nunca pude rebatir, a pesar de todos mis recursos profesionales, me decía que «no todos los bolos están en el candungo». Pues, carajo, tenía razón, como ahora sabemos. Y lo peor es que parece que desde hace tiempo se vienen dando estas irregularidades. Así que la intuición de mi madre era correcta. Yo, que la difamé en vida, diciéndole que no se pegaba porque estaba «salá», hoy tengo que desagraviarla, pues ella sabía más que yo de estas cosas. Sé que me perdonará esta falta, como tantas otras.  Así de buena fue.