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La democracia se nos muere.

El país se hunde en el fascismo aceleradamente.  Hay una pasividad alarmante, ante las prácticas dictatoriales y totalitarias que vivimos estos días.  La prensa, tan presta a ocuparse de la situación de los derechos civiles y humanos en Cuba y en Venezuela ha reaccionado parca , tardía y tímidamente a los atropellos.  La gente y las instituciones están anonadadas por la virulencia de los ataques de los poderes públicos a los ciudadanos. Aunque debemos ser prudentes y evitar confrontaciones en que llevemos la peor parte ante una fuerza policiaca que es perro de presa del gobierno, hay que desarrollar una estrategia que neutralice esta ofensiva gubernamental.  Pacíficamente y sin violar la ley, hay muchas cosas que se pueden hacer para hacerle la vida imposible a un gobierno que se torna en enemigo de su pueblo.  El sindicato Solidaridad tumbó al gobierno polaco desde la calle. Si no hacemos algo ahora, pronto será muy tarde.

La bancarrota de los manirrotos

El aumento vertiginoso en las quiebras personales y comerciales no es una muestra de la «crisis» económica, sino de la ambición desmedida y la irresponsabilidad financiera.  Exceptuando los casos de fuerza mayor -- enfermedades u otras desgracias, por ejemplo - o de cesantías y pérdida de empleo, la quiebra es el resultado del consumo dispendioso y la falta de control en los gastos.  Se pretende vivir a niveles que están por encima de los ingresos, abusando del crédito para financiar el consumo.  La gente es víctima del desenfreno adquisitivo, cediendo a la publicidad comercial, comprando compulsivamente cosas hasta innecesarias. En el renglón comercial, los negocios son víctimas de un afán desmedido de aumentar sus ganancias, abriendo más y más sucursales, con un pietaje enorme e inventarios gigantescos que tomaría una eternidad vender.  La estupidez empresarial es la primera causa de las quiebras, no la falta de patrocinio. La modestia y el ahorro son virtudes ...

Por algo les llaman «pacientes».

En el fondo, la oposición de los médicos a ser más eficientes - no digamos considerados con los pacientes - en su atención en el consultorio va más allá de la socorrida razón de proteger la sacrosanta «relación entre médico y paciente».  Se trata de una cuestión de principios: los galenos sienten que son un grupo privilegiado, al que no se le debe imponer cortapisas de clase alguna.  Ésta es la misma gente que piensa realmente que debe tener inmunidad civil y penal absolutas en su ejercicio profesional, pues, tras que nos hacen el «favor» de curarnos y salvarnos la vida, cuando se «equivocan» y causan un daño, los pacientes malagradecidos tienen la cachaza de demandarlos. De manera que no es posible que tengamos la pretensión absurda de que se nos atienda en el lapso de una hora a partir de la hora de la cita.  Ellos deciden, a su absoluto arbitrio, cuándo es que pueden atendernos, y ni Dios les va a imponer lo contrario.

Caso perdido

Premiar un programa como Caso cerrado , de Ana María Polo, como «Mejor Programa de Corte» en la televisión de Estados Unidos, es una muestra de cuán bajo han caído los criterios de calidad de los Emmys .  Ese programa podría competir muy favorablemente en la categoría de programa bochornoso, chabacano, denigrante y vulgar, pero nada más.  La «Dra.» Polo es una de esos latinos que hacen cualquier cosa por triunfar en ese país, aunque sea presentando lo peor de su propia gente, para complacer el morbo general y reforzar los estereotipos que tienen los americanos de los latinos. Ello también marca una diferencia entre el concepto americano de la abogacía y el nuestro.  Allá hay una visión mercantilista del ejercicio profesional, y ello le permite a una abogada hacer este papelón, sin violar la ética profesional.  Aquí la hubieran desaforado hace rato.

Cereales como purgantes

Continúa el desastre en la industria alimentaria estadounidense.  Ahora le ha tocado a Kellog's , sinónimo de cereales, desde hace muchas décadas.  Nuevamente, se trata de unos productos que van dirigidos a lo que antaño se denominaba «la grey infantil», y que ahora tiene un cierto olor y sabor a cera.  La empresa ha tenido la cachaza de alegar que «el riesgo para la salud es bajo», pues se trata de que causa diarrea y vómitos «temporales».  Supongo que pronto dirán que tiene propiedades laxantes, buenas para la salud. ¿Y esa mítica FDA , especie de FBI de alimentos y drogas?  Pues, muy bien, actuando after the fact.   Ahí tienen todos ésos que se acuestan tranquilos, sintiéndose protegidos por las instituciones americanas.  En las palabras inmortales de Rivera Schatz: «Los federales también se equivocan y hacen el ridículo.» Amén.

"Not in My San Juan City"

Ahora resulta que los deambulantes son «ambulantes» que se pasan viajando entre Nueva York y San Juan, según el alcalde Santini.  Supongo que Figueroa Sancha ha investigado esta situación, y así se lo ha certificado a su amigo.  Y éste, con lo bravo que es, amenaza con devolverle esos indeseables al alcalde Bloomberg, quien ha sacado a esa gente de las calles de Nueva York, a fuerza de billetazos para comprar billetes de avión one way to San Juan. Esto me recuerda aquella práctica de montar la basura en unas barcazas y llevarla a sitios pobres, a los cuales se les pagaba para que fueran el vertedero de los pudientes.

¡Tan barato y fácil!

Aunque me parece buena la idea de que se instalen en los semáforos focos que consuman menos energía eléctrica, el problema fundamental que hay que atender es la falta de sincronización adecuada de los semáforos, perenne en muchos sitios.  El día que se resuelva esa situación tan agobiante para los conductores, se habrá dado un gran paso de avance en la civilización boricua.  Eso, que no debe costar gran cosa, hará más por el transporte de este país, que todos los carriles reversibles, los expresos, las guaguas, los puentes, los tranvías y los trenes juntos.