¡Castigo de Dios!
Se dice «¡Castigo de Dios!», con relación a situaciones en las cuales a alguien que ha hecho algo malo le ocurre algo malo. Eso podría decirse con respecto a Estados Unidos y la situación de terrorismo interno a la que se enfrenta. Luego de tanto abuso de su parte en todas partes del mundo, y de acusar de terrorismo a otros países injustamente, para desacreditarlos ante la comunidad internacional y, de paso, quedársele con sus haberes, ahora los americanos sufren en carne propia y sin tener de quién quejarse los estragos de un terrorismo Made in USA, blanco y de ojos claros.
El odio y la violencia que han sido las señas de identidad de esa nación prepotente se les ha comenzado a manifestar dentro de sus fronteras y por parte de su gente. Desgraciadamente para ellos, la composición étnica y racial de esos revoltosos y milicianos les impide usar a sus usual suspects como los chivos expiatorios de siempre. Ahora los enemigos son los good ol' boys, rednecks y white trash que suelen ir por el mundo abusando de otra gente, convertidos en perros rabiosos que aterrorizan a sus vecinos.
¡Bueno que les pase!
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