Mi padre tenía razón

Hace muchos años, una persona que sabía mucho de las cosas de la vida me dijo que le parecía «extraño» el afán de hombres maduros de estar rodeado de muchachitos en el contexto de los Boy Scouts. Mi poca edad y experiencia no me permitió aquilatar el entrelíneas que hoy se hace evidente, al destaparse -- vía la solicitud de quiebra -- el nido de pederastia en esa organización.

Por supuesto que no todos los casos en que se da esa relación entre hombres y niños o jovencitos están matizados de una relación impropia, pero pecaríamos de ingenuos, si no los viéramos con un saludable escepticismo y ejerciéramos una cautela razonable en esas circunstancias. Al igual que ocurre en el ámbito religioso, el que nos ocupa ofrece oportunidades muy propicias para el pederasta, por lo que individuos con esa inclinación gravitan hacia él.

Los hijos menores de edad no se le entregan a otro confiadamente, no importa sus dotes personales o profesionales. Hay que estar alerta y vigilante, y «no creer ni en la paz de los sepulcros».

Mi padre tenía razón.

Comentarios

Entradas populares