Una [mala] costumbre pueblerina

He dicho antes que nuestros alcaldes -- sobre todo los de pueblos pequeños -- actúan como reyezuelos, gobernando a su arbitrio y capricho, sacando ventaja personal de su cargo.  El ejemplo más reciente es el del alcalde de Corozal, quien, como tantos otros antes, ha utilizado los recursos municipales para asfaltar el camino que conduce a su residencia en una finca privada. Esto ha ocurrido tantas veces que no hay forma de alegar que no se es consciente de que constituye un acto impropio. Es casi una «tradición» el que los alcaldes que viven en la parte rural de su municipio aprovechen para hacerse esta «mejora» a su propiedad. Estos politicastros parecen creer que se trata de un beneficio marginal de su cargo, por lo que no ven algo malo en ello.

He aquí un ejemplo de la clase política que nos «desgobierna».

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