Una mala cortesía

La debilidad del Estado puertorriqueño queda de manifiesto con la timidez con la que se pone en vigor la ley de 2011 que prohíbe que se hable por celular mientras se conduce un vehículo de motor, a menos que se haga sin tenerlo en las manos. La ley entra en vigor el 1 de enero de 2013, y en este periodo de seis meses anteriores, la policía se dedicará a expedir «boletos de cortesía».

¡Hombre, pero si ya estamos avisados desde hace tiempo de esta prohibición! Lo que pasa es que se tiene miedo a la reacción de la gente a una medida que, a pesar de su sensatez intrínseca, le resulta antipática a muchos que manejan con abierto menosprecio de la seguridad ajena y propia. Mal ejemplo da el Estado cuando, habiendo determinado que una conducta es nociva al bien común, la sigue permitiendo, por una mal entendida «cortesía».

Obviamente, aquí «lo cortés no quita lo valiente».

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