Lolita y sus dolores

El patriotismo no es eximente de los problemas de la condición humana. Las controversias acerca de la herencia de Lolita Lebrón testimonian esa verdad. Familiares y allegados cuyas credenciales patrióticas son incuestionables se han enfrascado en una lucha agria por los bienes de la dirigente nacionalista. El decoro y la rectitud de unos y otros quedan, en algo, en entredicho por una disputa que parece tener mucho de cuestiones técnicas, más allá de una base sustantiva.

Los «trapos sucios» siempre son embarazosos. Son particularmente dolorosos, cuando revelan las miserias humanas de la intimidad de figuras que representan un gran compromiso ético y moral con la nación puertorriqueña.

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