La vieja manía de negar la verdad

Negar lo que a fin de cuentas se ha de saber es una táctica estúpida por parte de los políticos puertorriqueños y de otras latitudes. Entendible pero estúpida porque la poca credibilidad que se podría tener se esfuma «más rápido que ligero». Entonces, ya no se puede alegar un error de buena fe, pues se afirmó la mentira a sabiendas y a pesar de que se tuvo la oportunidad de rectificar a tiempo.

Vivimos en un mundo en el que es casi imposible hacer algo sin que se sepa y, más aún, esté documentado o fijado de manera fidedigna e inequívoca, a la vista de todo el mundo. Negar un hecho es inútil. Se podrá discutir con más o menos acierto la interpretación de ese hecho, pero su ocurrencia, muy pocas veces. Todavía hay muchos que no se han acostumbrado a esa realidad, y obran a espaldas de ella.

Las consecuencis las vemos diariamente en la prensa, la televisión y los otros medios de comunicación de masas. Y van del descrédito general hasta la condena del sistema que administra la justicia.

Comentarios

Entradas populares