Empresarios con Queseyó

El sector privado está lleno de malas costumbres. Una de ellas es querer todos los beneficios y ninguna de las responsabilidades. Su arrogancia es tal que pretende que se le concedan ayudas, exenciones e incentivos de todas clases y colores, sin tener que rendir cuentas. A estos señorones y señoronas les parece que al país le debe bastar con su palabra de que van a crear docenas, cientos o hasta miles de empleo, si se les entregan fondos públicos o se les deja de cobrar lo que tienen que pagar los otros hijos de vecino. Y con ese cuento le tienen un lao seco al fisco puertorriqueño.

Sucede que estos Empresarios con Queseyó tienen sus representantes en La Fortaleza y en el Capitolio para que les legislen a su imagen y semejanza. De vez en cuando se investiga el fracaso de esa política pública subvencionista que ha sido llamada «mantengo corporativo» y se amenaza con retirarlo. Pero, no pasa nada. Al contrario, cada administración y Legislatura lo que hacen es aprobar más ventajas para sus amigotes y amigotas del gobierno permanente de los ricos del país.

Como dicen los americanos, los ricos cry all the way to the bank.

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