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Mostrando entradas de marzo, 2020

Ni tanto ni tan poco

Sin que se piense que caigo en la negación o en la temeridad, pues soy consciente de la gravedad de la pandemia, creo prudente decir dos cosas al respecto. La primera es que no debemos escribir, escuchar, hablar, leer o ver todo el tiempo sobre este asunto. Por supuesto que hay que estar bien informados, pero obsesionarse con el tema nos lleva a la depresión y a la histeria, algo que es contraproducente a nuestra salud física y mental. Continuemos haciendo nuestra vida lo más normalmente posible, tomando las precauciones ya conocidas. Sobre esto último es lo segundo que quiero señalar. Cuidado con los cuidados que tenemos hacia una extrema asepsia en todo lo que hacemos. Una desinfección exagerada puede causar trastornos de salud. A menos que uno tenga una situación muy particular, tanto personal como ambiental, una higiene razonable debe ser suficiente para evitar el contagio. De lo contrario, vamos a morir intoxicados por tanto alcohol, desinfectante, jabón y limpiadores, que dejan...

Fumigar La Fortaleza

En el peor de los momentos, el sector gubernamental de la atención a la salud puertorriqueña luce en desbandada. El entra y sale en los cuadros directivos resulta grave, y es una muestra más de la desorganización general del actual gobierno. Da la impresión de que hay un mal de fondo al más alto nivel gubernamental, que no permite que se reclute y se retenga el personal profesional idóneo para dirigir la salud pública del país. Este cambio constante resulta desconcertante, y hace muy poco para infundir confianza en la gestión gubernamental, cuando hace más falta que nunca. Hay, pues, una crisis de gobernabilidad que agrava la de la pandemia.  Para que el pueblo como paciente llegue a estar estable, el Gobierno tiene que estarlo. El cambia cambia del doctor a cargo no es la forma de curarnos. Creo que hay que fumigar en La Fortaleza.

Las de Caín para Abel

En el principio, Abel cometió el pecado original de tomar livianamente las acusaciones que se le hacían por malos manejos en su época de alcalde de Yauco. Se proyectó con una seguridad algo jactanciosa acerca de su «inocencia». Lucía muy sonreído; como si el lío en el que estaba metido fuera un mero malentendido y poca cosa. Y cuando sus propios correligionarios lo instaron a que renunciara a su escaño legislativo, se resistió tercamente. Cuando lo arrestaron por segunda ocasión, por imputaciones adicionales, se puso la mism camisa que la primera vez, como si fuera su lucky shirt. Una vez más, quiso devaluar la seriedad de la situación, asumiendo una actitud poco seria, supongo que de su propia inspiración porque dudo que un abogado le haya recomendado tan disparatada estrategia de defensa. Aun con la advertencia contra el ánimo prevenido, a los jurados potenciales no les debe haber caído bien esa jaquetonería. Ahora sabemos que más tarde que temprano -- por los muchos aplazamien...

¡Permita Dios que quiebren!

Como era de esperar, algunos en el sector privado han buscado lucrarse indebidamente de la crisis sanitaria que se vive.  El afán de lucro que es santo y seña de comerciantes, industriales y «otras yerbas» los lleva a aprovechar este río revuelto para agenciarse el máximo posible de ganancia. Entonces, no vale Constitución, ley, reglamento u orden ejecutiva; no hay conciencia ni moral de por medio. Lo único que importa es lo que siempre importa: vender al mayor precio posible en cualquier situación, aun en la de una pandemia en la que nos va la vida. Y esta es la gente que vive pidiendo ayudas, beneficios e incentivos de todas clases para sus empresas y negocios. ¡Permita Dios que quiebren!

Un virus en La Fortaleza

El Gobierno de Puerto Rico continúa dando tumbos y palos a ciegas en su lucha contra el coronavirus. La cuarentena y el toque de queda ordenados por la Gobernadora un tanto festinadamente han tenido que ser enmendados y explicados varias veces, pues han generado una confusión general en el país. El más reciente cambio constituye una retirada de la posición férrea decretada apenas tres días atrás . Por una parte, respondiendo a un plan mal «cocido», y por otra, en reacción a la presión del poderoso sector comercial y privado en general. Cogida en esta pifia gubernamental, la Gobernadora, aspirante a validar su incumbencia en noviembre, ha asumido una actitud de guapa de barrio ante las críticas que se le han hecho justamente, amenazando incluso con imponer la ley marcial. Pero, en todo este desaguisado, lo único que ha conseguido es lucir como una aficionada en el arte de gobernar.

Floja, floja

Ya sabíamos que Wanda Vázquez era profesionalmente floja, y más recientemente, hemos comprobado que la Secretaria de Justicia también lo es. Pues, parece que ambas flojeras se han combinado para producir una orden ejecutiva... floja. Con decir que cita mal la Constitución de Puerto Rico , basta para que se tenga una idea de la falta de profesionalidad jurídica que acusa el documento. La orden, con pretensiones de «cerrar el país» para detener el avance del coronavirus, sufre de cierta imprecisión en su alcance y omite algunas gestiones legítimas y necesarias como parte de las que puedan realizarse sin penalidad. Un ejemplo sencillo: no contempla el transporte de personas al aeropuerto como una actividad exenta del toque de queda, cuando la realidad es que hay vuelos en el horario en que está vigente. En fin, hay un descuido manifiesto en esta gestión gubernamental, que confirma que estamos en manos de gente muy poco profesional, por decir poco.

Algo huele mal

Resulta escandaloso que la perfumería que ha sido reiteradamente señalada por prácticas ilícitas de comercio continúe operando, sin que las autoridades le hayan puesto coto a esa situación. Da qué pensar el por qué ha habido esta actitud permisiva de un proceder que afecta al público consumidor. Como las cosas suelen tener nombre y apellidos, hay que pensar en que debe haber alguna consideración personal en este caso. Mientras tanto, sigue esta insólita situación, sin que las autoridades ofrezcan la más mínima explicación para su inacción.

Encubrimiento a la española

El gobierno español acaba de añadir otro motivo de descrédito, al rechazar investigar las cuentas del ex rey Juan Carlos. A la vista de todo el mundo, esgrimir la inmunidad real como justificación para ello es sencillamente insostenible desde todo punto de vista. La inmunidad del soberano no tiene ese propósito y, si alguna vez lo tuvo, en 2020, ciertamente no lo tiene. Una cosa es que no se pueda demandar al soberano por algún asunto de naturaleza administrativa o civil y otra muy distinta que no se le pueda investigar por un posible delito económico con, incluso, matices internacionales. La casa real española hace tiempo que anda metida en líos muy feos, y el gobierno no le hace bien al país al proyectarse como encubridor de esos desmanes. Las monarquías modernas están muy lejos del absolutismo de hace siglos. Juan Carlos pone en aprietos a su hijo Felipe. Pedro Sánchez y las Cortes no deben hacer otro papel triste en la historia de España. Debería bastarles con el que hacen persig...

¡Habla, Juan Carlos!

El anterior rey de España hace rato que se desprestigió por sus líos amorosos y ahora por manejos fiscales. La realeza en general nunca ha estado exenta de escándalos de todas clases a través de la Historia. Aunque en tiempos modernos no pasa de tener un efecto decorativo, estas cosas no se ven bien en las casas reales que todavía quedan. En el caso de Juan Carlos I, se combinan un «brete» y una cuenta secreta con millones de euros de dudosa procedencia. Supongo que eso de «Su Alteza Real» para aquí y «Su Alteza Real» para allá -- aunque fuera por obra y gracia de Franco --  lleva a alguien a pensar en que no es un mero mortal y que puede hacer lo que quiere sin consecuencias. Ahora sabe que no es así. Debió verse en el espejo de los otros miembros de su familia que han estado en la picota. Quien se debe estar riendo desde el más allá es Hugo Chávez, a quien Juan Carlos bochornosamente mandó a callar públicamente en una reunión de jefes de Estado. Veremos qué tiene que decir ah...

La justicia empieza por casa

El Poder Judicial puertorriqueño haría bien en atender el reclamo de justicia salarial de sus empleados no judiciales. Dejando a un lado los méritos intrínsecos de tal petición, se ve muy feo que quienes tienen la autoridad para hacerle justicia a otros no la hagan en su entorno inmediato. Rezuma clasismo las pretensiones de mejorar las condiciones económicas de los jueces y preterir a quienes laboran con ellos en la tarea de impartir justicia. Los jueces deberían dar el ejemplo de apoyar el reclamo de sus compañeros de trabajo. Estamos ante un viejo problema en la administración de los tribunales. Hace varias décadas lo vi de cerca cuando laboraba en la Rama Judicial. Llegué a percibir cierta molestia y hasta hostilidad hacia el movimiento sindical de los empleados en procura de un trato justo y razonable por parte de un sistema que privilegiaba a los jueces. Todo parece indicar que nada ha cambiado.

¡Viva Cataluña libre!

La lucha independentista catalana es ejemplo de civismo para todos los que anhelamos ver a nuestra patria liberada. El Estado español hace un papel muy triste en su persecución de los separatistas catalanes, negándole el más fundamental de los derechos políticos, en nombre de una unidad nacional que, aunque deseable, no puede ni debe imponerse a la fuerza. Retener contra su voluntad a un grupo humano que crecientemente expresa su deseo de separación es un error histórico de marca mayor y pone en evidencia a un país que ha escogido ignorar la democracia en su más pura expresión. Criminalizar el independentismo aplicándole etiquetas que desvirtúan el ejercicio cívico mediante el cual se manifiesta es una práctica política bajuna y despreciable por parte de España. Demuestra un grado de desesperación irracional ante un reclamo que todos los pueblos del mundo, conciencia adentro, reconocen como legítimo. El independentismo catalán se gana cada día el respeto mundial por su firmeza demo...