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Mostrando entradas de julio, 2012

El alcalde de mi pueblo

Resultan muy desafortunadas las expresiones del Alcalde de Mayagüez tildando de «brutos» a los legisladores que cuestionan las reiteradas aportaciones económicas municipales a actividades producidas por Peter Muller, compañero sentimental de la senadora Evelyn Vázquez. Este exabrupto se suma al desacierto de hace unos meses, cuando trató de implantar un sistema de espionaje cibernético para castigar a quienes en Internet criticaran a su gobierno. Estos son signos del desgaste y deterioro de quien ha ocupado un cargo durante mucho tiempo. Esas personas llegan a creer que el puesto es suyo y pueden hacer cualquier cosa, incluso extralimitarse en su poder, favorecer indebidamente a alguien e insultar a sus adversarios.

Premio apremiado

Muy fea ha quedado la decisión del Municipio de Ponce de quitarle el premio a una estudiante para dárselo a otra cuya madre es empleada municipal. Casi tres semanas después de haberse otorgado el reconocimiento académico, que incluye un viaje a Italia , se «reconsideró» el laudo, y se cambió la decisión para favorecer a la hija de la empleada. No se ha dicho quién solicitó la reconsideración ni cuál fue el fundamento para revocar el otorgamiento inicial. Pero, si usted cree que no hubo influencia indebida en este cambio, hay que darle el premio al ingenuo del siglo. Aunque de menor trascendencia, éste es un ejemplo del traqueteo corruptor a lo ancho y largo del gobierno y del país. La gente aprovecha su situación personal, laboral o profesional para adelantar sus intereses y los de los suyos, a despecho de normas, procedimientos y reglas de todas clases.

Lolita y sus dolores

El patriotismo no es eximente de los problemas de la condición humana. Las controversias acerca de la herencia de Lolita Lebrón testimonian esa verdad. Familiares y allegados cuyas credenciales patrióticas son incuestionables se han enfrascado en una lucha agria por los bienes de la dirigente nacionalista. El decoro y la rectitud de unos y otros quedan, en algo, en entredicho por una disputa que parece tener mucho de cuestiones técnicas, más allá de una base sustantiva. Los «trapos sucios» siempre son embarazosos. Son particularmente dolorosos, cuando revelan las miserias humanas de la intimidad de figuras que representan un gran compromiso ético y moral con la nación puertorriqueña.

El malo y el peor

Se cita al Gobernador de Puerto Rico diciendo que no cree en los gobiernos. Yo tampoco... en los que son como el suyo, anexionistas y al servicio de los grandes intereses económicos. Fortuño, quien no ha tenido un pensamiento original en su vida, recita el catecismo neoliberal del republicanismo estadounidense: el gobierno es malo y el sector privado es bueno, ergo , hay que achicar y anular al primero, y entregarle el país al segundo, para su enriquecimiento indebido y, frecuentemente, ilícito. La santurronería de la campañita «Tus valores cuentan» es un cubrefaltas de la corrupción rampante propiciada por su administración. El Gobernador solo tiene razón en una cosa: su principal contrincante, García Padilla, «no convence», por vacuo y veleta.

«Burrocracia»

La idea de crear un «Departamento de Servicios Juveniles» es parte de una política pública de hace mucho tiempo que quiere solucionar todos los problemas sociales por medio de establecer agencias gubernamentales. Con ello se da la impresión de que se atienden adecuadamente, pero la realidad es frecuentemente otra: se crea una burocracia que recarga el presupuesto público, sin grandes logros concretos. Los jóvenes comparten muchas necesidades con el resto de la población. También tienen unas que les son propias. Ya hay suficientes entidades de gobierno con encomiendas generales que incluyen ocuparse de asuntos pertinentes a los jóvenes. Todo lo que hace falta es que hagan bien su trabajo en pro de la sociedad en general, de la cual son parte los jóvenes. En una época de gran estrechez, nada puede ser más contraproducente que aumentar el gasto público en administrar programas redundantes.

Por arrogantes...

El fracaso del baloncesto puertorriqueño en clasificar para el torneo olímpico -- aun en forma tan secundaria -- debe servirnos de lección de humildad. Hace unos días, me parecieron desacertadas, por arrogantes, las expresiones del dirigente de nuestro equipo nacional, desmereciendo al equipo griego, el cual terminó derrotándonos. A esa actitud hay que añadir la de mucha de nuestra gente, que piensa que, por contar en nuestras filas con jugadores o exjugadores de la NBA -- «el mejor baloncesto del mundo», no se cansan de repetir -- nuestros contrincantes se van a amilanar, y los vamos a derrotar fácilmente. Acabamos de ver que no es así.

Un cumpleaños soso

La celebración del 4 de julio en Puerto Rico ha llegado a lo que tenía que llegar: por primera vez desde que tengo memoria, no ha habido acto oficial protocolario alguno. Las fuerzas asimilistas se han rendido ante la realidad aplastante del desinterés público por algo que nos es ajeno. La ridiculez cruel de celebrar la independencia de la metrópoli en la colonia ha terminado. Lo que una vez fue fiesta con bombos y platillos ha devenido en la inauguración de una ruta para el ciclismo urbano. La única independencia que se celebrará con júbilo genuino será la nuestra.

«Le hicieron la cruz»

Como era de esperarse, el triunfo en el tribunal supuso la derrota en la Cámara de Comercio para la mujer que reclamó su derecho a participar en la contienda presidencial de la entidad. Obligados a dejarla postularse, le votaron en contra. Por otro lado, si es cierto lo que ella dijo, lo importante es que figuró como candidata. Que no la eligieran es otra cosa, que no tiene remedio judicial. Está por verse cuál será el papel que ella desempeñará en la Cámara, de ahora en adelante. No creo que uno relevante o siquiera cómodo. La «cruz» que no le hicieron en la papeleta sus compañeros camaristas se la hicieron como socia.

Una mala cortesía

La debilidad del Estado puertorriqueño queda de manifiesto con la timidez con la que se pone en vigor la ley de 2011 que prohíbe que se hable por celular mientras se conduce un vehículo de motor, a menos que se haga sin tenerlo en las manos. La ley entra en vigor el 1 de enero de 2013 , y en este periodo de seis meses anteriores, la policía se dedicará a expedir «boletos de cortesía». ¡Hombre, pero si ya estamos avisados desde hace tiempo de esta prohibición! Lo que pasa es que se tiene miedo a la reacción de la gente a una medida que, a pesar de su sensatez intrínseca, le resulta antipática a muchos que manejan con abierto menosprecio de la seguridad ajena y propia. Mal ejemplo da el Estado cuando, habiendo determinado que una conducta es nociva al bien común, la sigue permitiendo, por una mal entendida «cortesía». Obviamente, aquí «lo cortés no quita lo valiente».

Corrupción privada

El estudio realizado por la Universidad de Puerto Rico es solamente la confirmación empírica de lo que sabemos hace mucho tiempo: la corrupción gubernamental va de la mano de la del sector privado. El soborno a los funcionarios, para obtener alguna ventaja económica, viene del mundo empresarial, grande o mediano, ansioso de hacer negocios con el gobierno. Quién inicie el acercamiento ilegal es cosa secundaria; lo que importa es que haya receptividad de ambos lados. Hay, pues, un gran cinismo en ese mundo de comerciantes e industriales, que se rasgan las vestiduras ante la ilegalidad y la falta de ética gubernamental que ellos mismos propician y de la cual se benefician.