El tren que no va a ninguna parte

 La noticia de que se pueden perder unos cuantos millones destinados al Tren Urbano no es una mala noticia.  El TU como  el gobierno de Pedro Rosselló lo concibió y lo construyó fue un disparate de marca mayor y una botadura de dinero mayúscula. Arreglarlo o mantenerlo con vida gastando casi $200 millones es una soberana estupidez. Que sean fondos del Gobierno de Estados Unidos no lo hace menos estúpido.

En Puerto Rico tenemos que dejar de pensar que podemos hacer cualquier disparate, siempre que lo paguen los americanos. A veces, lo mejor es dejar las cosas como están y no empeñarse en algo que no tiene gran utilidad y no es capaz de mantenerse por sus propios medios, como es el caso del Servicio Postal de Estados Unidos.

Ese dinero se puede usar mejor.

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