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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Los «trapos sucios» de la transición

Esto de la transición en el gobierno tiene sus bemoles, pues, por menos que se quiera, salen a relucir desaciertos pequeños o desastres mayúsculos de la administración saliente, algo que en el caso de gobiernos del mismo partido es doblemente embarazoso.  Resulta patético ver a algunos funcionarios reclamar gestiones «exitosas», cuando todo el país sabe lo contrario. Otros no saben ni qué decir o cómo explicar lo ocurrido, sobre todo porque no quieren echar mucha caca a los salientes, quienes son del mismo partido que va a continuar gobernando, aunque sea venido a menos. De cualquier forma, lo que se escucha y se ve confirma lo que justifica en gran medida el saldo de las elecciones: un retiro significativo de la confianza del país en el partido que apenas gobierna bajo amenaza real de la próxima vez perder el poco poder que le queda o de que el gobernante de turno sea puesto de patitas en la calle Fortaleza antes de tiempo.

El desastre electoral en la colonia y la metrópoli

Continúa el desastre electoral puertorriqueño, uno que no parece tener fin y que, seguramente, dejará insastifecho a más de uno. Lo que es peor, dejará muchas dudas acerca de la veracidad de sus resultados. Tanto que nos hemos burlado de las elecciones en «esas republiquitas», y hemos caído en el tercermundismo político, sin los beneficios de la soberanía y con el tutelaje de los yanquis. Quienes, dicho sea de paso, tienen su propio revolú electoral y siguen contando los votos y pleiteando a dos manos. Allá se habla hasta de autogolpe, y aunque no llegue a eso,  lo cierto es que la transición que ya debería estar ocurriendo no se produce por un esfuerzo deliberado de entorpecer el traspaso de poder en el país  que tiene harto al resto del mundo con su jactancia de democracia y buen gobierno. Pues, ahí tienen ellos y los tontos de todo el mundo que creen en la superioridad congénita de los yanquis en todo.   

La papa caliente del Papa

  El papa Francisco tiene una papa caliente o un tostón en sus manos con el asunto de Juan Pablo II como santo, algo claramente insostenible, a la luz  de su encubrimiento de las fechorías, primero de Marcial Maciel y ahora de Theodore McCarrick. Solo hay una salida: retirarlo del santoral católico. No basta con la revelación hecha en uno y otro caso; el repudio al papa polaco tiene que ser absoluto y sin medias tintas. Siempre pensé que esa canonización era un error garrafal, pues ya se sabían estas cosas. Pero, la Iglesia Católica, que no sale de una para meterse en otra, hizo algo insólito, declarándolo santo en un proceso al vapor que cualquier «abogado del Diablo» debió descarrilar con un esfuerzo mínimo. Mas, el afán de encumbrar al papa que había sido uno de los protagonistas de la derrota del «comunismo ateo» estúpidamente llevó al Vaticano a pasar por alto los pecados gravísimos de encubrir los pecados gravísimos de Maciel y McCarrick. ¿Quo vadis, Francisco?

Make America Great for the First Time

Como no puede haber nadie peor que Donald Trump, todos vemos con algo de esperanza a Joe Biden. Uno quiere pensar que Biden rectifique, si no todas, la inmensa mayoría de las barbaridades de Trump, y que el Imperio reconsidere su papel en el mundo y se mueva a ser de verdad la  "kinder, gentler nation" ofrecida en 1988 por Bush padre.  Sería un milagro. De todas formas, ya hay algunas señales alentadoras. Veremos si se concreta lo que anuncian. La prueba de fuego será la política hacia Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y, por supuesto, Puerto Rico. Hasta que se reconozca la soberanía de esos tres países y se respeten sus decisiones sobre cómo atender sus asuntos internos, no habrá un cambio significativo. En nuestro caso, necesitamos nuestra soberanía, como el resto de la humanidad. La tutela de Estados Unidos es insostenible en derecho internacional y moral histórica. Esa sería la manera de "Make America Great for the First Time."

Una democracia desastrosa

La situación electoral en Estados Unidos demuestra que toda esa jactancia de la alegada mejor democracia del mundo es pura filfa, propaganda de Madison Avenue que muchos tontos se han creído por demasiado tiempo. Todo lo que los americanos se pasan criticando en otros países hace cuatro años les está ocurriendo, y ahora pasan por otra experiencia vergonzosa ante los ojos del resto del mundo. Es bueno que pase esto porque así se ve claramente que Estados Unidos no es modelo de nada positivo ni hay que hacerle caso a lo que digan sobre lo que ocurra en ningún otro país. Su descrédito es absoluto, excepto para los fanáticos dentro y fuera de sus fronteras. La maldad que ha sido parte integrante de su existencia como nación se le ha vuelto en contra dentro de su territorio con calamidades de todas clases. Por su inmoralidad intrínseca, los imperios se derrumban desde adentro, consumidos por su podredumbre moral. He ahí Estados Unidos en esta hora. 

La gran tragedia de Puerto Rico

 Un sector grande del país sabe quién es el mejor candidato a la gobernación. Pero, no votará por él. Es el actual representante de una larga tradición de excelentes candidatos que no contaron con el respaldo en las urnas de los votantes puertorriqueños. En cualquier otro país, el candidato sería electo fácilmente, mas en el nuestro, con una fijación en un bipartidismo que lo ahoga en la mediocridad y la corrupción, sus méritos y talento no le dan al triunfo que él se merece. Más importante aun, el que nos merecemos como pueblo. Así que pasado mañana el país elegirá a alguien de quien se comenzará a quejar desde el día siguiente al de su toma de posesión porque representa  una de las dos vertientes del mal gobieno del que somos rehenes hace décadas. Resignados al yugo del coloniaje, también lo estamos a la corrupción y a la ineptitud que ya nos es conocida. Esa es la gran tragedia de nuestro pueblo.