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Mostrando entradas de agosto, 2020

Las plagas y el Imperio

El Imperio se derrumba desde adentro, carcomido por sus males endémicos, como el racismo y la vileza de su proceder contra sus menesterosos y la gente de otras latitudes, que consideran «mierda». Tanta maldad acumulada pasa factura en forma de un clima de inestabilidad social y violencia ciudadana. De un día para otro, la otrora «Gran República» se ha convertido en el Gran Revolú, un barco con motín abordo y a la deriva. Los olvidados y oprimidos se han rebelado y su indignación se propaga casi tan rápidamente como el Covid-19, la plaga que castiga con inusitada gravedad al reino de Trump. El mundo no será igual que antes de este 2020. Estados Unidos tampoco.

El mal como partido político

  No entiendo el reperpero por la convención nacional del Partido Republicano de Estados Unidos. ¿ A quién le puede sorprender lo que se ha dicho allí? ¿Se podía esperar otra cosa? Solo los muy mal enterados o increíblemente ingenuos - digámoslo así para no ofender - podían creer que ba a ocurrir otra cosa. El llamado partido de Lincoln - quien fue un cínico de primera - dejó de disimular hace tiempo. Lo único que les ha faltado es ponerse la capucha del KKK y colocar una svástica gigante en el escenario, para identificarse correctamente. Este es el partido político que representa lo peor de la sociedad estadounidense. Es el Imperio en toda su gran maldad, una que trasciende sus fronteras, para desgracia del resto del mundo. 

La corrupción contagio$a

Sigue la debacle del gobierno de Puerto Rico, carcomido por una corrupción contagiosa y letal para nuestra vida pública. Endémica y pandémica, por lo que se va viendo y parece que continuará viéndose en el futuro previsible. Pillastres de todas clases se han colado en el sector público y, en muchos casos, en cotubernio con la gente del sector privado han montado esquemas para enriquecerse indebidamente. Lo ocurrido con los fondos del programa federal PUA y jóvenes estudiantes del Colegio San Ignacio es una muestra de un relevo generacional del pillaje en una clase social de la cual proviene la clase gobernante del país. Sigue siendo cierto el dictum bíblico de que el amor desmedido al dinero es la raíz de todos los males. Y que el afán por el dinero fácil es la forma más fácil de ir preso.

La sentencia de Wanda

  A la hora en que escribo se ha producido la expresión de votantes de ambos partidos mayoritarios en el país en un proceso de elección de candidatos para los comicios de noviembre. El resultado de mayor interés es el rechazo de la actual Gobernadora por parte de sus correligionarios. Lo que no se pudo lograr por otros medios se ha realizado por el voto. Se trata de un veredicto final, firme e inapelable, y lo peor para ella, de los suyos. Es evidente que su gente no quiso seguir con una persona como ella. Distinto de la jueza que, insólitamente, la declaró limpia de polvo y paja, fue el mismísimo pueblo novoprogresista el que no creyó lo que más nadie creería, y a la primera oportunidad, le retiró la confianza. Wanda se creyó invulnerable y fue demasiado lejos en su proceder, con un cierto dejo de arrogancia, segura de su impunidad, y su gente la sentenció. El resto del país se lo agradece.

Ya perdió Biden

  Joe Biden le acaba de poner el triunfo en bandeja de plata a Donald Trump. En un país en el que la misoginia y el racismo son endémicos, escoger a una negra - aunque no sea retinta - como compañera de papeleta y candidata a la vicepresidencia es sellar su suerte. El hombre, claro está, apuesta a que la negritud está de moda y, de paso, se puede agenciar el voto femenino. Pero, ese tiro con el que piensa matar esos dos pájaros le va a salir por la culata, pues los americanos van a preferir a Trump y Pence, antes de arriesgarse a que Kamala llegue a la Casa Blanca. La golondrina de Obama no hace verano. 

En un lugar de Puerto Rico...

  El colega Luis Saldaña y su bufete la han emprendido contra una parte de los grandes intereses económicos, en su vertiente comercial, por aprovecharse abusiva y ladinamente de las restricciones gubernamentales por la pandemia, para hacer negocio, mientras competidores menos poderosos quedaban impedidos de hacerlos.  La compensación que buscan los demandantes es billonaria;siempre se pide más, para aceptar menos, si es que se prevalece. Le deseo suerte al colega en lo que luce como una quijotada. Aunque tenga razón en estricto Derecho, no veo a un tribunal puertorriqueño fallando en contra de Costco, Walmart, Walgreens y CVS. Si ocurriera, el terremoto de hace unos meses sería un mero temblorcito. Aparte de que irían hasta el Tribunal de la Haya a apelar una decisión adversa. De todas maneras, se trata de un caso interesante, del que hay que estar pendiente, para ver en qué para.

Más de lo mismo

No nos dejemos llevar por el entusiasmo pasajero del posible cambio del residente del 1600 de la Avenida Pennsylvania en Washington DC. Aunque cualquiera es mejor que Trump, la triste realidad es que, en lo que a Puerto Rico respecta, el Imperio no cambiará: seguiremos en las mismas. Allá no hay voluntad de realizar un cambio real porque la colonia le resulta cómoda. Es cosa de darle más fondos a «los ciudadanos americanos que residen en Puerto Rico» y ya está. Pero, ellos, incluidos los supuestos liberales, no se plantean dejar de mandar aquí y no considerarnos como una propiedad, con la excusa de que no nos ponemos de acuerdo en lo que queremos. Como si el vasallaje humano se justificara por un consentimiento producto de la deformación psicológica de la falta de libertad. Ya lo veremos, si gana Biden.