Los «trapos sucios» de la transición

Esto de la transición en el gobierno tiene sus bemoles, pues, por menos que se quiera, salen a relucir desaciertos pequeños o desastres mayúsculos de la administración saliente, algo que en el caso de gobiernos del mismo partido es doblemente embarazoso.  Resulta patético ver a algunos funcionarios reclamar gestiones «exitosas», cuando todo el país sabe lo contrario. Otros no saben ni qué decir o cómo explicar lo ocurrido, sobre todo porque no quieren echar mucha caca a los salientes, quienes son del mismo partido que va a continuar gobernando, aunque sea venido a menos.

De cualquier forma, lo que se escucha y se ve confirma lo que justifica en gran medida el saldo de las elecciones: un retiro significativo de la confianza del país en el partido que apenas gobierna bajo amenaza real de la próxima vez perder el poco poder que le queda o de que el gobernante de turno sea puesto de patitas en la calle Fortaleza antes de tiempo.

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