Partido Viejo y Malamañoso

El Partido Nuevo Progresista es tan malo y tramposo que es malo y tramposo consigo mismo, como ha quedado elocuentemente demostrado en las primarias del domingo pasado. El fraude electoral ha sido masivo, y hasta ridículo, arrojando unos resultados claramente imposibles. En su afán de manipular las elecciones, han exagerado votaciones fuera de toda proporción y realidad, al punto que varios de los «perdedores» han impugnado públicamente esos resultados, y ya se anuncian investigaciones y pleitos por doquier. La quiebra moral de ese partido -- que la sufrimos todos, pues es el partido de gobierno -- se hace evidente en esta elección interna, que, además, ha tenido una vertiente externa.

La primaria del Partido Republicano de Estados Unidos aquí también ha registrado el fraude y la manipulación, con cifras de votantes francamente inverosímiles en su totalidad y en las adjudicadas a ciertos candidatos. Así de mal ha quedado retratado el anexionismo puertorriqueño ante sus «conciudadanos» del Norte.

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