«Objetivo [Mala] Fama»

A riesgo de que mi hijo me tilde, una vez más, de prejuiciado contra la juventud, lo cierto es que esa subcultura de merengueros, raperos, reguetoneros y otros disparateros musicales está llena de gente que vive, por lo menos, muy cerca del margen de la ley. Dicho de otra manera: son unos títeres. La lista es larga, y ustedes la conocen. Los dos más recientemente listados son Elvis Crespo y Julio Voltio. Esta gente, junto con Don Omar y otros por el estilo, visitan más el tribunal que el estudio de grabación.

Con causa o sin causa probable, su proceder es cuestionable, por decir poco. Su ignorancia los lleva a no saber distinguir entre la fama y lo infame. Hacen cualquier cosa por salir en los periódicos, aunque sea en una foto de fichaje policial.

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